‘Alguien dijo una vez que en el momento en que te paras a pensar si quieres a alguien, ya has dejado de quererle para siempre.’
'Dios, en su eterno silencio, le miraba sin pestañear.'
‘Nada alimenta el olvido como la guerra, Daniel(…)Las guerras no tienen memoria y nadie se atreve a comprenderlas hasta que ya no quedan voces para contar lo que pasó, hasta que llega el momento en que no se las reconoce y regresan, con otra cara y otro nombre, a devorar lo que dejaron atrás.’
‘Vestía de marfil y traía el mundo en la mirada. Apenas recuerdo las palabras del cura, ni los rostros prendidos de esperanza de los invitados que llenaban la iglesia aquella mañana de marzo. Sólo me queda el roce de sus labios y, al entreabrir los ojos, el juramento secreto que me llevé en la piel y que recordaría todos los días de mi vida.’
'Dios, en su eterno silencio, le miraba sin pestañear.'
‘Nada alimenta el olvido como la guerra, Daniel(…)Las guerras no tienen memoria y nadie se atreve a comprenderlas hasta que ya no quedan voces para contar lo que pasó, hasta que llega el momento en que no se las reconoce y regresan, con otra cara y otro nombre, a devorar lo que dejaron atrás.’
‘Vestía de marfil y traía el mundo en la mirada. Apenas recuerdo las palabras del cura, ni los rostros prendidos de esperanza de los invitados que llenaban la iglesia aquella mañana de marzo. Sólo me queda el roce de sus labios y, al entreabrir los ojos, el juramento secreto que me llevé en la piel y que recordaría todos los días de mi vida.’
Carlos Ruiz Zafón (La Sombra del Viento).
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