miércoles, 25 de abril de 2007

Perder el miedo al ridículo.


Hoy me he dado un baño en la fuente de Piazza di Spagna. Rodeada de tedescos con miradas de incredulidad y envidia a partes iduales, he dejado de lado mi miedo al ridículo. No sé que me ha sentado mejor, refrescarme o darme el gustazo de que me diera igual que me mirasen o no (gracias a los Carabinieri que lo permiten...). Life is too short!

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