"Bernat-le advertía seriamente en las ocasiones en que la Iglesia se convertía en blanco de su ira-, nunca te fíes de quienes dicen servir a Dios. Te hablarán con serenidad y buenas palabras, tan cultas que no alcanzarás a entenderlas. Tratarán de convencerte con argumentos que sólo ellos saben hilvanar hasta adueñarse de tu razón y tu conciencia. Se presentarán a ti como hombres bondadosos que dirán querer salvarnos del mal y de la tentación, pero en realidad su opinión sobre nosotros está escrita y todos ellos , como soldados de Cristo que se llaman, siguen con fidelidad aquello que está en los libros. Sus palabras son excusas y sus razones, idénticas a las que tú podrías darle a un mocoso. "
La Catedral del Mar.
viernes, 18 de mayo de 2007
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